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Diálogos de Wall Street

09/01/2023  |  OPINION  |  

Periodista: Año nuevo, ¿vida nueva? ¿Cambia el guión? ¿Y para mejor?

Gordon Gekko: Creo que sí, pero el cielo debe esperar. Antes hay que arreglar algunos temas que nos van a mantener ocupados hasta salir del purgatorio. En esencia, falta consolidar la mejoría que la inflación mostró el último trimestre.

P.: 2022 fue un infierno... Está de acuerdo... ¿no?

G.G.: Comparto. Por una larga lista de pecados cometidos, en su mayoría, mucho tiempo antes. Por supuesto, la invasión rusa a Ucrania y las represalias ulteriores fueron siembra propia del año. Y produjeron una cosecha nefasta.

P.: Sin embargo, Kristalina Georgieva, la directora gerente del FMI, dice que 2023 va a ser peor que 2022...

G.G.: El FMI es un indicador rezagado. Nos confirma lo que los mercados ya vieron y padecieron.

P.: Un tercio de la economía mundial estará en recesión. No es poca cosa.

G.G.: Para nada. Pero, ¿no ocurre ya, y lo vamos a registrar recién en 2023? Cuando comparamos promedios puede verse así pero tratarse en realidad solamente de un espejismo estadístico.

P.: No cree que el año sea peor que el que ya vivimos. No en los mercados, al menos...

G.G.: No lo creo. Tampoco lo puedo demostrar. El futuro no está escrito en piedra, y los peligros son varios. Si nos sorprenden nuevos shocks adversos será como lo dice Georgieva. Pienso que si dejamos obrar a la inercia que ya teníamos instalada a fin de 2022 -inflación en lenta declinación en todo su espectro, creación de empleos moderándose pero conservando un umbral positivo, y lo mismo para el gasto de consumo- podemos esperar una mejoría. Aunque se declare una recesión (suave) en los próximos meses. Y aunque, en el ínterin, los mercados dejen caer otra pierna bajista y eventualmente pongan a prueba los mínimos.

P.: Georgieva hizo enorme hincapié en China. Es probable que por primera vez el crecimiento de China en 2022 sea igual o inferior al crecimiento mundial.

G.G.: La escuché. ¿Pero va a ser más bajo que el que registró el año pasado? Entendamos algo: no queremos tanto crecimiento. Y sí que se calme la inflación. Que China se haya encerrado como nadie más fue muy gravoso para la calidad de vida de su población (y las protestas en las calles dieron cuenta de ello) pero a la par ayudó a descomprimir el shock de precios de los commodities. De una manera que la Fed no hubiera podido sin causar mayores destrozos.

P.: ¿Ajustó China y evitó que lo hicieran otros, me quiere decir? En un momento oportuno.

G.G.: Sí. Permitió que la inflación comenzara a bajar por el lado más difícil (porque la reducción de la oferta de commodities -dadas las sanciones a Rusia- no se puede corregir rápido y la caída de la demanda china hizo el milagro). Facilitó así el catch up de la política monetaria que corría a la inflación de atrás. Y le abre la puerta a una distensión en el margen de la política monetaria que es la carta para esperar un 2023 menos duro. Y de paso, le bajó el precio a Xi Jinping. China no es tan poderoso. Por lo menos, no lo es todavía. Su posición conciliadora en Bali, en la reunión del G20 y el encuentro bilateral con el presidente Biden, es un elemento estabilizador también. Limita el campo de maniobra de Putin, y cuánto puede escalar las consecuencias económicas de la guerra en Europa.

P.: ¿Ya pasó lo peor de la inflación?

G.G.: Si no pasó, tiene razón Georgieva. Pero aun así, 2023 puede complicarse. Solo que es improbable salvo que la situación del mercado de trabajo obligue a la banca central a ser muy agresiva. A mi me parece que 2023 empezó el 21 de octubre cuando el superdólar y las tasas largas del Tesoro establecieron sus picos. Falta que termine 2022, la prioridad absoluta de la lucha contra la inflación. Y en cierta medida, la banca central, al migrar de las subas de tasas de 75 puntos base a 50 (la Fed, el BCE, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional de Suiza), se muestra dispuesta para una transición.

P.: Wall Street suele liderar y sin embargo ahora titubea, no define.

G.G.: Necesita ver la luz de los balances. No compra del todo la idea de que esta vez es diferente. En un mercado bear las ganancias se hacen trizas. No pasó en 2022. Teme que la factura ya esté confeccionada y que las empresas la saquen ahora de debajo de la manga.



Fuente: Ambito